Ematsa participa desde el año 2016 en un proyecto para desarrollar un sensor de medida del biofilm en las cañerías de distribución de agua. Este proyecto contempla desde el diseño y fabricación del sensor, hasta su validación en escenarios reales, usando una nueva tecnología basada en medidas ópticas. La medida óptica tiene bastantes ventajas respecto a métodos ya existentes dado que es menos invasiva y que está libre de la influencia de otros factores ambientales como la temperatura o la conductividad del medio.

Durante el año 2017 se finalizaron las pruebas de migración en el agua de los materiales del sensor, se diseñó y se empezó a construir la planta piloto para validar los prototipos de los dispositivos.

Durante el 2018 se finalizó la construcción de la planta y se acabó también la fabricación del sensor óptico, y se iniciaron las pruebas, tanto en la planta piloto como en las redes de agua de uso de boca (Tarragona) y de agua regenerada del proceso de depuración a través de infraestructuras creadas por Aguas de Sabadell.

La planta piloto construida por Ematsa permite emular las condiciones del agua en la red de distribución modificando de manera sencilla y rápida las características cualitativas del agua (cloro, temperatura, conductividad, presencia de patógenos, etc.). De este modo se pueden recrear condiciones experimentales extremas que provocan la formación rápida del biofilm necesario para testar el sensor. La planta permitirá también el análisis de parámetros como la concentración de cloro, turbidez, concentración de microorganismos o la presencia de biofilms.

Durante el año 2019, año que finaliza el proyecto, se han completado las pruebas de funcionamiento del sensor, añadiéndose a las pruebas la Plataforma de Sensores de AGBAR en Barcelona para la implementación en red. Esta plataforma dispone de una entrada directa de agua de la red de distribución de Barcelona, así como otros sensores para analizar la calidad del agua. Además, también dispone de un sensor para la medida del biofilm, (sensor ALVIM), para poder comparar los resultados obtenidos con el sensor óptico desarrollado al proyecto. Paralelamente se ha adaptado la planta piloto para poder hacer pruebas de funcionamiento del sensor en la red de distribución.

Esta iniciativa se enmarca en un proyecto de investigación subvencionado por el MINECO (Ministerio de Industria, Economía, y Competitividad) para promover el desarrollo tecnológico, la innovación e investigación de calidad. Los integrantes del proyecto, además de Ematsa; son Aguas de Sabadell, el Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB-CNM, CSIC) y la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).

En verano del 2019 Ematsa estuvo invitada a participar en un nuevo proyecto que acontecerá la continuación del proyecto OPLITE. La solicitud de subvención a la convocatoria RETOS Colaboración 2019, se presentó el 22/10/2019 con el nombre de SINCRO (Sistema *Inteligente de Prevención de Riesgo Microbiológico en Agua). En caso de que la ayuda finalmente se otorgue, en esta segundo parte Ematsa  jugará el papel de coordinador Administrativo y el CNMA (el Instituto de Microelectrónica de Barcelona)  asumirá la coordinación técnica.