La memoria de sostenibilidad de Ematsa se edita por sexta vez y es la primera que se elabora en mi presidencia. Desde que fui nombrado para estar al frente de esta empresa mixta, he podido comprobar que se trata de una compañía comprometida con el medio ambiente, la sostenibilidad y también con un gran sentido de la responsabilidad frente la gestión con recursos públicos de un elemento frágil y escaso como es el agua. Una compañía con espíritu de servicio y cultura de 7/24, presente en todo momento y a todas horas.

La resiliencia ha acontecido un término protagonista en estos últimos meses, donde hemos vivido dos crisis agudas: el incendio en el polígono Entrevies de Tarragona en verano de 2019, que provocó tener que recuperar el EDAR al desestabilizarse la aportación de aguas residuales y la ruptura de la cañería del CAT en el municipio de la Ampolla en enero del 2020, que provocó tener que resolver el suministro de agua con recursos propios de forma inmediata y urgente. Por si fuera poco ahora escribo estas palabras en plena crisis sanitaria provocada por la pandemia de la Covid19, una situación excepcional y extraordinaria que nos ha obligado a adaptarnos constantemente a una realidad cambiante, preservando en todo momento la calidad del servicio y la salud de todos los que trabajan en la compañía. Y esta capacidad de adaptación y de restablecerse es lo que entendemos por resiliencia. Se trata de una cualidad que desde hace años forma parte del ADN de Ematsa y que permite, en momentos graves como los que estamos viviendo, que el suministro y el saneamiento de agua, un servicio decretado como esencial, se preste al 100% con todas las garantías sanitarias.

Y no solo se trata de garantizar el ciclo integral de gestión del agua, la responsabilidad social también forma parte de esta capacidad resiliente. En Ematsa creemos en las personas y, sobre todo, queremos estar junto a las más vulnerables, por eso no cortamos el suministro por razones económicas y contamos con el Fondo y la Tarifa Social, unas medidas que tienen como objetivo no dejar nadie atrás y garantizar el acceso al agua, un recurso que en plena pandemia ha acontecido fundamental para hacerle frente.

Como presidente de Ematsa, estoy orgulloso de poder afirmar que se trata de una compañía sostenible con unos valores esenciales como el trabajo en equipo y la formación contínua, que cuenta con tecnología pionera y vigilancia tecnológica y lo realiza con un firme compromiso con la excelencia y la mejora contínua.

La memoria de Responsabilidad Social Corporativa que os presentamos es una compilación de las principales acciones que lleva a cabo Ematsa y que van más allá de la gestión del ciclo integral del agua. Por eso quiero agradecer a todo el personal, pero también a los abonados y al resto de grupos de interés que, año tras año, nos ayudáis a hacer de esta empresa de aguas una empresa más eficiente y totalmente comprometida con la comunidad.